Se ha escrito mucho en estas menos de 48 horas transcurridas desde el brutal terremoto que ayer, 11 de marzo de 2011, asoló Japón. Se ha escrito mucho por las imágenes del colosal temblor telúrico, el mayor en 150 años de historia, por el desproporcionado tsunami desatado, y, quizá, sobre todo por el hecho de que una central nuclear ha dado señales de estar en estado crítico.
Fukushima es una ciudad del centro de Japón, situada a 250 kilómetros de Tokio. En sus inmediaciones se encuentra la Central Nuclear Daichii, un enorme complejo atómico, el mayor del país, con seis reactores operativos.
A raíz del terremoto y posterior tsunami, todas las centrales del país se pusieron en modo de parada de emergencia. Eso significa que se activaron todos los sistemas para enfriar los reactores. Ese enfriamiento no es instantáneo, pero sí permite evitar que la reacción se disparate en un momento dado, puesto que "corta la alimentación" de forma paulatina.
En Fukushima, el reactor 1 no pudo completar el inicio de la parada de emergencia, debido a que el tsunami inutilizó los sistemas de alimentación eléctrica de las bombas de agua de los circuitos de refrigeración y también los generadores diésel de emergencia instalados para esta circunstancia.
En seguida, cientos de ediciones digitales de prestigiosos periódicos del mundo emplazaron la palabra "Chernobil" en su portada. La frase "el peor accidente desde Chernobil" fue interpretado como "el peor accidente tras Chernobil", llevando a todos a la confusión y haciendo pensar que era el segundo accidente más grave de la historia. Incluso algunos llegaron a aventurar que Chernobil podría quedar eclipsado por Fukushima.
Nada más lejos de la realidad. Fukushima no puede replicar lo ocurrido en Chernobil por muchos motivos, pero podemos citar uno básico: por su diseño. Intentaré ser conciso:
La reacción nuclear requiere cuatro elementos: combustible, refrigeración, moderación y control. El combustible es el uranio o el plutonio, según corresponda; la refrigeración, en los casos de Chernobil y Fukushima, es agua.
El moderador es un elemento presente en el núcleo que "modera" la velocidad de los neutrones, haciendo la reacción más pura y, por tanto, "acelerándola". A mayor moderador, mayor energía. El control se efectúa mediante barras de boro, gran absorbente de neutrones y, por tanto, sirve para "frenar" la reacción.
Fukushima, como cualquier diseño moderno, tiene agua como refrigerante, pero también como moderador. Eso significa que si se pierde el agua (como parece haber pasado en la central japonesa) la reacción pierde su pureza y será cada vez más ineficiente hasta que se apague por la propia ley física que rige las reacciones nucleares (es lo que se llama reacción de coeficiente negativo). ¿Cuánto tarda en apagarse? Eso es una incógnita, pero es imposible que la reacción se acelere indefinidamente.
¿Qué la diferencia de Chernobil? En Chernobil el moderador no era agua, sino una estructura rígida de grafito. En Chernobil también se perdió agua, pero la reacción siguió su curso porque seguía habiendo moderador (reacción de coeficiente positivo). Al final, la reacción fue tan energética que la enorme presión del agua evaporada reventó el edificio del reactor que, dicho sea de paso, no tenía una estructura de hormigón, tan característica en los diseños occidentales.
Un dato más: en marzo de 1979 ocurrió una gravísima fusión de núcleo en la central de Three Mile Island, en Pennsylvania (EE.UU.). La causa fue la misma, y se llegó a una situación tan crítica como en Chernobil. Claro, que como estaba moderada por agua, la reacción símplemente se apagó tras varios días. Nadie resultó herido.
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